Música

viernes, 20 de mayo de 2011

Cuento :B


Desperté en una especie de parque, o al menos  eso pensé al principio. Estaba oscuro, al parecer era de noche, pero no había estrellas ni luna alguna. Miré para todos lados intentando distinguir algo, cualquier detalle que pudiera indicarme  donde estaba, pero era inútil, apenas podía ver mi mano cuando la estiraba. Intenté, también, recordar algo sobre cómo había llegado hasta ahí, pero lo último que recordaba era la cara de un hombre, Marcelo, así se llamaba. Poco a poco comencé a recordar.
Lo conocí en una disco, a la que había ido esa noche. Me pareció interesante en cuanto le vi, había algo intrigante en sus ojos, y eso me atraía. Lo que pasa es que me gusta averiguar cosas, soy muy curioso, lo desconocido me excita, bueno, creo que es más bien el hecho de saber cosas, y es mejor si nadie más las sabe. Me acerqué a el y le ofrecí bailar, me dijo que si enseguida, pero en su cara no vi expresión de interés alguna. Bailamos durante un tiempo y después me besó. Fue un beso extraño, violento, intenso, pero muy bueno.
Estuve con el alrededor de una hora, eran como las 02:30 de la mañana y al otro día tenía clases, así que me despedí y me puse a buscar a mis amigos. Como no los encontraba llamé a la Fran, mi mejor amiga. La muy maldita me dijo que ya se habían ido. Que como estaba con el tipo, no me quiso molestar. La maldije por un momento y emprendí mi vieja a casa. Afortunadamente vivo a escasas tres cuadras de la disco, así que me fui caminando. En este punto mis recuerdos se vuelven confusos, no logro recordar nada más.
Empecé a caminar por este “parque”, estaba como vacío, porque, aunque caminaba y caminaba, no me topaba con nada. De repente la nubes (que eran, al parecer, el motivo de tanta oscuridad), se movieron un poco, dejando pasar algo de luz lunar. Aproveché ese instante para mirar alrededor y, efectivamente, era un parque donde estaba, es más era el parque de la esquina de mi casa. Había varios árboles, un par de bancas, unos postes de luz (que evidentemente no funcionaban) y en el suelo… en el suelo había sangre.
Me asusté, pero extrañamente no sentía nada y, normalmente, me basta oler sangre para desmayarme. Comencé a seguir el rastro, que era continuo, como si hubiesen arrastrado a alguien. Metí la mano a mi pantalón, para sacar mi celular y llamar a la policía, pero no estaba. Me lo deben haber robado, pensé. Seguí el rastro hasta un árbol, donde doblaba y se metía en unos matorrales. Asustado, me asomé y no pude creer lo que vi, ahí estaba Marcelo, el chico de la disco, completamente desnudo, encima de un cuerpo todo ensangrentado, tocándolo y moviéndose como un loco desesperado. Le grité, diciéndole que se apartara, pero no escuchaba. Entonces me acerque sigiloso para tomarlo y apartarlo yo mismo, para golpear al muy maldito, pero en cuanto estiré mis manos para asirlo, algo extraño pasó y caí. Entonces la vi, mi cara, mi cara ensangrentada.


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Bueno,este es el primer cuento que escribo. Espero que les guste y cualquier crítica es bienvenida :)

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